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domingo

Perdido

Me encuentro aturdido
Desorientado, difuminado y sobreseído
Completamente perdido en este mar de niebla subconsciente interno tan propio de mí
Desnaturalizado, encandilado, abatido y cegado por la realidad que una vez más consiguió arrebatarme todo aquello que creía cierto.

Me cansé de este ciclo eterno que me lleva de un extremo a otro
Pero no se me ocurre cómo frenarlo
Me harté de esperar que algo o alguien me libere
A pesar de ser yo quien lo hace todos los días de mi vida
Para sobrevivir
Una vez más
Sobrevivir.

Tan extraviado estaba que me olvidé del tiempo
Me olvidé de la razón
Me olvidé de mí
¿Quién está hablando ahora?
No me acuerdo
¿A quién le está hablando?
A nadie
O a todos
¿A alguno quizá?
Da igual

Soy todos y no soy nadie
Quizá de eso se trataba
Pero confunde
Ya estoy muy confundido
Desahuciado, desorientado, aturdido y desintegrado
Como un montón de moléculas de nada con un motivo tan fuerte como carente de sentido

Ya no me acuerdo hacia dónde tenía que caminar y sin embargo estoy tan encaminado que no quiero hacerme a un lado del camino
Lo global está tan bien dibujado que desdibuja lo intrapersonal
Y me es ineludible caminar con tanta seguridad en la oscuridad
Seguridad virtual
Porque no dejo de divagar entre lo real y lo imaginario
Lo externo y lo interno
La luz y las tinieblas

Tanta disgregación genera todos los estados de ánimo
Extraviarse resulta así inevitable
Pero ya no me siento extraviado
Esa es quizá, la señal más notoria del mareo.

Tobyas